El socialista portugués António Costa ha tenido este viernes una despedida a lo grande, algo impensable hace dos meses cuando dimitió por sorpresa como primer ministro tras anunciarse que era investigado por el Tribunal Supremo en relación con varios casos energéticos. Ovacionado con los delegados del congreso puestos en pie en la Feria Internacional de Lisboa, António Costa habló por última vez a la organización que ha dirigido durante los últimos 10 años y demostró que sigue vivo. “Pueden haberme derribado, pero no derrotado; pueden haber derribado el Gobierno, pero no han derribado el Partido Socialista”, proclamó al final de una intervención de media hora.
Costa dedicó a su sucesor, Pedro Nuno Santos, todos los elogios que le escatimó hasta que la crisis política causada por su dimisión forzó al partido a improvisar y precipitar el cambio de liderazgo en tiempo récord y sin traumas internos. Santos no era el favorito de Costa para la sucesión, pero la Operación Influencer, que provocó la detención de un amigo cercano y el jefe de gabinete del primer ministro por irregularidades en la gestión de proyectos energéticos, ha obligado a cambiar el paso en el partido.
Su antiguo líder elogió la “vitalidad” de la organización para reaccionar en un mes tras “una situación traumática”. Después de destacar el pluralismo interno, con tres aspirantes a la secretaría general en las primarias celebradas a mediados de diciembre, Costa señaló que es el tiempo de una nueva generación que “significa nueva energía, nuevo impulso y nueva mirada, van a mudar lo que tienen que mudar y sumar algo nuevo a lo que las anteriores hicieron”. Pedro Nuno Santos, que recibió el 60% de los votos, ha negociado con sus dos rivales, José Luís Carneiro y Daniel Adrião, una lista única para los diferentes órganos del partido que se elegirán este fin de semana en Lisboa.
Costa destacó que su sucesor será el primer secretario general nacido después de la fundación del Partido Socialista, que cumplió 50 años en 2023, y de la Revolución de los Claveles, en 1974. “Nació en 1977, cuando Mário Soares pidió la adhesión de Portugal a la Comunidad Económica Europea”, destacó el primer ministro, que describió a su partido como el “de la democracia y la libertad”.
En su intervención hizo un repaso de su gestión en el Gobierno desde 2015, cuando alcanzó un acuerdo con toda la izquierda para presentar una moción de censura contra el conservador Pedro Passos Coelho. Un “muro” derribado que, dijo, no se debe volver a levantar.
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Después de enumerar una retahíla de avances de estos ocho años de gestión en el Gobierno (salarios, pensiones, combate al abandono escolar, guarderías o lucha contra la pobreza), António Costa bromeó ante el auditorio: “Y, a pesar de todo, el diablo no vino. ¿Y por qué no vino? Porque el diablo es la derecha y el pueblo no devolvió el poder a la derecha”. El socialista reivindicó su legado tanto en el partido, al recordar que han ganado todas las elecciones legislativas y municipales que se han celebrado durante su etapa, como en el Gobierno. “¿Hay problemas? Claro que hay problemas, pero es por eso que estamos aquí, para resolver los problemas. Y solo el PS lo hará mejor que el PS”, subrayó.
En la primera sesión del 24ª congreso, al que asisten 2.400 delegados, António Costa destacó como sus grandes líneas de actuación el control de las cuentas públicas para reducir el endeudamiento, el compromiso con la neutralidad carbónica y la lucha contra la desigualdad, que ha permitido sacar de la pobreza a 660.000 personas. “Abrazamos las causas nuevas, pero no olvidamos las antiguas, como la causa de la libertad. Hoy en el país hay más libertad de la que había antes”, destacó. Reconoció, sin embargo, que no llevó la regionalización del país hasta donde le habría gustado. “No tuvimos socio y teníamos un presidente de la República que no nos dejaba”.
Este no era el congreso ordinario que deseaban los socialistas portugueses, anonadados hace dos meses al ver cómo su segunda mayoría absoluta en democracia se acortaba a la mitad, pero han hecho de la necesidad virtud. Desde sus primeras horas se está convirtiendo en una cita galvanizadora de la cohesión interna y en un precalentamiento para la movilización electoral. Esa sensación que impera en la organización de haber sido apeados del poder de forma injusta está sirviendo para aglutinar el partido alrededor de Pedro Nuno Santos, que en las últimas encuestas publicadas aventaja al líder del Partido Social Demócrata (centro derecha), Luís Montenegro. Las elecciones anticipadas se celebrarán el próximo 10 de marzo.
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