“Está bien, le han quitado la sobrecarga que tenía”, confirmó Carlo Ancelotti sobre Jude Bellingham. El inglés acabó el martes en Braga con molestias en los abductores y, aunque desde el principio no mostró gran temor por la presencia de su nueva estrella en el clásico de este sábado en Barcelona (16.15), el técnico italiano dio este viernes por hecha la presencia del Pichichi de la Liga, con ocho tantos (11 en total).
Salvo sorpresa, en el once blanco solo existe una duda: el lateral izquierdo, un puesto al que aspiran Ferland Mendy y Eduardo Camavinga. En rueda de prensa, el preparador blanco deslizó que la apuesta sería el defensa, de vuelta de una secuencia de lesiones que le dejaron fuera de foco casi toda la pasada campaña. “Tiene ventaja, descansó en Champions”, afirmó. Esto situaría a Camavinga sin sitio si se mantiene el centro del campo de los últimos duelos importantes, en los que Tchouameni, Kroos y Valverde han sido piezas insustituibles.
Camavinga destacó en la victoria europea de esta semana como pivote. Así se lo reconoció Carletto nada más terminar el encuentro y este viernes puntualizó que esa es su ubicación ideal, aunque se pueda adaptar como interior y lateral zurdo. Sin embargo, ahí el fijo es Tchouameni, que descansó en Braga, y a su lado Kroos recuperó el puesto después de un arranque de temporada en el que fue suplente, y Valverde ha sido otro innegociable.
Salvo giro inesperado en el dibujo, todo ello cerraría el paso a Camavinga en el centro del campo y solo le abriría la ventana del lateral izquierdo, puesto que compite con Mendy. El defensa galo siempre fue el hombre de confianza de Ancelotti para esa posición mientras la salud le respetó, el lateral titular de camino al doblete de Liga y Champions en 2022. Su caída en desgracia física durante casi toda la temporada pasada obligó a Carletto a buscar otras opciones y ahí Camavinga fue quien más le convenció. La actuación del joven en esa demarcación en el Mundial con la selección francesa, de la que Mendy sigue fuera, también le ayudó a abrirle esa puerta.
La cita aparece en el calendario bajo el ruido ensordecer del arbitraje, después de la gran polémica por la actuación de Ricardo de Burgos Bengoetxea el pasado sábado en el Sevilla-Real Madrid y el momento procesal por el caso Negreira. Jesús Gil Manzano es el elegido (será su tercer clásico), una decisión que el entrenador del Real Madrid avaló. “Lo conozco muy bien. Tiene un perfil justo para este partido. Es uno de los mejor valorados en Europa”, subrayó sobre el juez de un encuentro que, como admitió, afecta a la dinámica de un equipo.
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