El plástico se ha convertido en una parte integral de nuestras vidas, presente en los alimentos, los muebles, la ropa y el medio ambiente en general. A pesar de las numerosas ventajas que ofrecen, como la durabilidad y la flexibilidad, su proliferación también crea graves problemas medioambientales. La crisis del plástico se ha desarrollado de tal manera que los líderes aún no han llegado a un consenso sobre cómo abordarla. Además, la comunidad científica está empezando a comprender mejor los efectos del plástico en nuestro bienestar.
Los microplásticos y nanoplásticos, que son fragmentos extremadamente pequeños de plástico, han llegado a muchos tejidos del cuerpo humano, afectando órganos vitales como el cerebro, el sistema reproductivo y el sistema cardiovascular. El Dr. Leonardo Trasande, director de pediatría ambiental de la Universidad de Nueva York, ha dedicado su carrera a estudiar los efectos de la exposición ambiental a estos contaminantes. En una conversación reciente con el Dr. Sanjay Gupta, mencioné que la exposición al plástico es más común de lo que piensas y señalé que «respiramos plástico todos los días». Esto incluye los productos cosméticos que son absorbidos por el cuerpo, por lo que tenemos que aceptar el plástico como parte normal de nuestras vidas, aunque no deberíamos serlo.
Compuestos químicos en plástico.
El plástico en sí no es sólo un problema; Lo mismo ocurre con los aditivos que se introducen durante su elaboración. Estos aditivos, que incluyen ftalatos, bisfenoles y sustancias perfluoroalquiladas, son motivo de preocupación por sus efectos sobre la salud. Por ejemplo, los residuos de alimentos se utilizan habitualmente en productos de cuidado personal y envases de alimentos, mientras que los BPA se encuentran en revestimientos de cuchillos y envases de papel térmico. Estas sustancias no sólo penetran en los alimentos, sino que también pueden provocar irritación e inflamación en el organismo.
El sistema endocrino, que regula funciones importantes como el metabolismo y la reproducción, se ve especialmente afectado por estos compuestos. El Dr. Trasande enfatiza que el sistema endocrino es esencial para el funcionamiento del cuerpo porque las hormonas actúan como mensajes que coordinan diversas funciones corporales. Por lo tanto, la exposición a sustancias químicas que alteran el sistema endocrino puede tener importantes efectos en la salud.
A pesar de las preocupaciones, la Junta Estatal de Química ha defendido el uso seguro de productos químicos en la industria, diciendo que las empresas realizan análisis exhaustivos para evaluar los riesgos. La Administración de Alimentos y Medicamentos (FDA) también indicó que aunque hay evidencia de que los microplásticos ingresan al suministro de alimentos, los niveles encontrados no representan un riesgo grave para la salud humana.
Estrategias para reducir la exposición
Para minimizar la exposición a microplásticos y nanoplásticos, el Dr. Trasande sugiere varias estrategias prácticas. En primer lugar, se recomienda evitar los alimentos atrapados, pues aunque muchos productos han dejado de utilizar bisfenol A (BPA), este químico todavía se encuentra en un pequeño porcentaje de las bolsas. Además, los sustitutos del BPA, como el bisfenol S, pueden ser igualmente dañinos. A la hora de elegir entre productos integrados, es recomendable optar por aquellos que utilizan recubrimientos más seguros, como las resinas naturales.
También es fundamental evitar el contacto de las bolsas de plástico con el calor y productos de limpieza fuertes, ya que estas condiciones pueden liberar sustancias químicas nocivas. Muchos plásticos etiquetados como aptos para microondas en realidad no lo son, y el daño a nivel microscópico puede permitir que aditivos y fragmentos de plástico se filtren en los alimentos.
El Dr. Trasande recomienda prestar atención a las cifras de reciclaje de las bolsas. Los plásticos marcados con los números 3 (PVC), 6 (poliéster) y 7 (mezcla) son motivo de especial preocupación debido a los riesgos de toxicidad asociados. Si solo utilizas plástico, es recomendable elegir alternativas más duraderas, como el vidrio o el acero inoxidable.
Mantenimiento del hogar y reducción de polvo.
El mantenimiento del hogar también juega un papel esencial en la reducción de la exposición a los microplásticos. Pasar la aspiradora periódicamente con filtros HEPA y utilizar paños húmedos puede ayudar a eliminar el polvo que pueda contener estas partículas. El polvo doméstico es un vector importante de contaminación química, ya que los microplásticos pueden acumularse de diversas fuentes, como ropa y muebles tratados químicamente.
Perspectivas de futuro
A pesar de los desafíos que plantea el plástico, el Dr. Trasande es optimista sobre el futuro. Reconocer que cambiar los hábitos de la industria y los consumidores llevará tiempo, pero también apuntar a un crecimiento de la demanda de materiales más seguros. Las empresas están empezando a innovar y a deshacerse del plástico como respuesta a un alcalde con conciencia pública de los riesgos que implica.
El camino hacia vivir con menos plástico es un proceso gradual. A medida que continúa la investigación y crece la conciencia sobre el bienestar y el medio ambiente, es vital que tanto los consumidores como las empresas se comprometan a adoptar prácticas más sostenibles. Con un poco de sentido común y esfuerzo colectivo es posible avanzar hacia un futuro más saludable y libre de plástico.