Madrid y Efes juegan un partido para la historia con cuatro prórrogas | Baloncesto | Deportes

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Euroliga jornada 19

Real Madrid

Anadolu Efes

Anadolu Efes

Los Reyes Magos llegaron al WiZink Center cuando los jugadores del Real Madrid y el Efes salían de la ducha. Acabó el partido y los dos entrenadores, Chus Mateo y Erdem Can, no se dieron el apretón de manos habitual sino un largo abrazo. Ambos pasan a la historia después de dirigir desde el banquillo el primer partido en el ya largo recorrido de la Euroliga con cuatro prórrogas. Nunca había sucedido en una extensa trayectoria de 5.710 partidos. Ni siquiera se habían jugado tres, así que el partido entre españoles y turcos pasará al libro de oro del baloncesto europeo. Ganó el Madrid (130-126), pero lo tuvo ganado el Efes después de la segunda prórroga. La fatiga hizo mella en los blancos, que tuvieron la ocasión de resolver el partido en los últimos segundos del primer tiempo extra, pero el triple de Hezonja se salió del aro. Había sido un alargue muy accidentado para los madridistas, que sufrieron dos faltas técnicas después de que Facundo Campazzo pusiera la primera ventaja (84-81) en el marcador.

Sin embargo, Larkin tomó el mando del partido, lideró a su equipo junto a Thompson, y puso un marcador casi imposible a falta de dos minutos para el final del primer alargue (93-102). Surgió entonces el orgullo madridista. Un triple de Causeur acercó al equipo blanco a dos puntos y después de una defensa feroz para evitar la canasta del Efes, Hezonja, a falta de una décima para terminar, forzó el tercer tiempo extra con una canasta que igualaba el partido (102-102). Se entraba en un territorio inexplorado, algo que nunca había ocurrido en la historia de la competición, que ninguno de los dos entrenadores había tenido que manejar. El cansancio era notorio en los jugadores que llevaban ya muchos minutos en las piernas. Hezonja y Tavares acumularon más de 49. Larkin (32 puntos) y Pleiss, los dos colosos del Efes, 53 cada uno.

Como las anteriores, la tercera prórroga fue igualadísima; actuaban los jugadores más con el corazón que con la cabeza, los fallos se multiplicaban. Cuando se extinguió el tiempo y el marcador indicaba empate a 111, nadie en el WiZink se lo acababa de creer. Si alguien tenía previsto cenar fuera de casa, lo tuvo que cancelar.

Fue en el último capítulo en el que el Real Madrid pudo imponerse. El Efes, con cuatro jugadores que ocupaban el banquillo de forma testimonial, se quedó sin fuelle, pese a que Thompson y Larkin lo seguían intentando. Hasta esos cinco minutos finales, por cierto, no hubo eliminados. Se fueron Bryant por un bando y Campazzo por el otro. Pero los turcos tuvieron que plegarse a la evidencia; a los 40 puntos de Musa y los 31 de Hezonja o a los 12 rebotes de Tavares.

El Efes ya no pudo más, aunque no se rindió. El abrazo entre Can y Mateo fue algo más que un saludo protocolario entre dos colegas.

Mientras, en el Palau, y después de un comienzo de la segunda parte en el que el Barcelona se desenganchó del partido frente al Baskonia, el equipo de Roger Grimau supo remontar para acabar ganando (89-85). Pudieron los vitorianos ampliar la diferencia de once puntos que alcanzaron al comienzo del último cuarto, porque el Barça perdió varios balones consecutivos, pero los hombres de Ivanovic tomaron varias malas decisiones en ataque y permitieron que los azulgrana se repusieran. El Barça había sufrido mucho en el tercer cuarto, pero se repuso en el último.

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