“¿Por qué vendes este vestido si lo quieres tanto?” Vinted y Wallapop se convierten en pasto para acosadores | Tecnología

“Recibí una oferta de 3.000 euros por una foto haciendo pis”, afirma Tania, una usuaria que mantiene activamente un perfil en las redes sociales. No tienes millones de personas, sino un registro de subfotos tanto en Instagram como en la plataforma Vinted para comprar un vestido de segunda mano. Un periódico recibe mensajes de acoso; unas veces, encubierto y otras, abierto. Este joven está acostumbrado a leer comentarios casi cada vez que abre uno de sus perfiles, tipo “como si yo fuera tu canal”.

Ana -número ficticio, por petición expresada en la entrevista- vende ropa frecuentemente en Wallapop y también recibe frecuentes mensajes difundidos desde halago, pero que esconden un evidente acoso. “Perdón, no pude evitarlo”, recibe en privado uno de nuestros íconos de admiración. Para ella, la explosiva tuvo una conversación con una usuaria, quien publicó una fotografía con un vestido que quería vender:

—¿Quién es el vestido o no? —responde Ana, harta.

—Es que vi tu vestido y te queda muy bien, perdona si te molesté.

—Pues sí, molesta.

Pretende responder a su interlocutor: “Intentas vender un vestido y cualquiera se cree con derecho de dar una opinión no solicitada”, pero en los siguientes mensajes pasa de Halago a un mensaje abierto: “Venga, maja, no es una buena día si ya estás amargura”, y desaparece la tildándola de “acomplejada”. El joven lanzó un mensaje final que dejó claro el mensaje: “Seguro que ningún mandato es un mensaje para un señor, díselo bien como sientan los pantalones”.

Los usuarios de Vinted y Wallapop tienen ahora más visibilidad al respecto, lo que puede degenerar en situaciones de peligro real. “Legan a quedar contigo para compararte algo, supuestament, y ponen en plan baboso en persona. Da miedo, mucho miedo”, escribió en Weloversize, una cuenta de Instagram con alrededor de un millón de personas.

Las grandes plataformas comerciales son conscientes de este problema. “Tenemos una política de tolerancia cero con la comunicación de forma no deseada o sexualmente explícita con cualquier persona de Vinted”, explican a EL PAÍS desde este sitio de venta de moda. Desde esta plataforma, se afirma que cada denuncia de este sujeto es investigada, “caso por caso”, y se invita al imputado a “contactar a la policía” si la situación lo requiere.

Wallapop, el otro gran actor en la compra de productos, también ofrece la posibilidad de “denunciar cualquier situación ofensiva” mediante su propia aplicación. Desde esta plataforma se explica que su equipo dedicado a la supervisión de contenidos -conocido internacionalmente como Trust & Safety- representa actualmente el 8% de la fábrica, monitoriza la actividad en la plataforma y cuenta con herramientas de tecnologías avanzadas como la inteligencia artificial, para analizar la actividad de los perfiles. eso podría ser potencialmente peligroso”.

Usuarios de Vinted y Wallapop afirman que lo que comienza con una supuesta coincidencia, gracias a un intercambio de mensajes aparentemente inocente, puede terminar con ofertas obscenas para cambiar dinero. Tania recibió la oferta adicional de apoderarse del orinando, pero, pensando: “¿Existe la misma propuesta para una niña de quince años?”.

Los comentarios más frecuentes hacen referencia a aspectos físicos y sexualmente abiertos: “Qué buena estás”, “vaya culo tienes” o “me pones muy cachondo”. Sin embargo, el tono de los mensajes de un mensajero cuando el supuesto adulador siente el rechazo. “En cuanto a las quejas, tienes comentarios ofensivos sobre tu apariencia como los que hiciste con esta persona tuya”, explica Tania.

¿Qué está pasando fuera de este comportamiento? “La clave aquí es que el acoso se convierta en un derecho adquirido. Tenemos derecho a exigir a las mujeres que cubran sus necesidades”, explica el psicólogo Joan Salvador Villalonga. Este experto se refiere a una cultura de un momento donde “reconoce su posición superior: basa su masculinidad en la dominación”. Es por ello que, al pedir el rechazo, “reaccionan ante un mal e incluso se lanzan al autocompromiso, diciendo que ‘en el fondo, esto, a las mujeres, les gusta'”. Pero la sensación que se experimenta al anunciar una camiseta y recibir un mensaje amigable o con carga sexual es muy diferente. “Me siento asqueada, me da repulsión”, confiesa Tania.

¿Se puede conservar este mensaje con consecuencias penales? Susana Gisbert, responsable de la fiscalidad de la violencia generalizada, explicó que “las implicaciones dependen del contenido del mensaje y de su frecuencia. Si son repetitivos e insistentes, hasta el punto de provocar en sus víctimas consecuencias que cambien sus rutinas o su vida cotidiana, podríamos estar ante el delito de acoso”.

Qué hacer si recibes este tipo de mensaje

Si alguien se enfrenta a la desagradable experiencia de recibir mensajes de contenido sexual, se recomienda bloquear la transferencia e informarlo al proveedor del servicio. “Te recomiendo que seas un bloqueador preventivo” recomienda Tania, quien también, en ocasiones, opta por exponer públicamente al acosador. De esta manera, tus seguidores podrán denunciar masivamente este comportamiento y así fortalecer la plataforma para adoptar medidas.

Gisbert coincide: “Mi consejo será doble: ignorar el mensaje y bloquear el contacto y comunicárselo a la empresa, además de denunciarlo”. Pero ¿por qué estos mensajes pueden traspasar la frontera de la legalidad y convertirse en delito? Borja Adsuara, abogado experto en derecho digital, advierte que la legislación es ahora menos flexible con este tipo de conductas.

Este experto es que “modificó la regulación del acoso para el efecto de la ley del solo sí es sí»Y, en ese sentido, puedo recibir una pena de prisión. Adsuara cita el artículo 172: “Será castigado con la pena de prisión de tres meses a dos años, o multa de seis a veinticuatro meses, el que acuse a una persona llevando a cabo de forma insistente et reiterada”. Así es, este experto está provocando que te bombardees con mensajes con insistencia y repetición.

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