Un futuro prometedor para la seguridad hídrica

Un futuro prometedor para la seguridad hídrica

El río Sena, emblemático de París, ha sido objeto de importantes esfuerzos para mejorar su calidad y garantizar la seguridad del agua, especialmente ahora que se acercan los Juegos Olímpicos. Según Angelescu, “el seguimiento será fundamental”, satisfaciendo la necesidad de recurrir a tecnologías que garanticen un control eficaz y rápido de la calidad del agua. Este enfoque es esencial para gestionar el riesgo asociado con la presencia de bacterias como E. coliy ofrecer resultados en tiempo real.

Tradicionalmente, los métodos de monitoreo han implicado recolectar muestras de agua y enviarlas a laboratorios, un proceso que puede ser lento e ineficiente. En cambio, Fluidon implementó una tecnología innovadora que permite un análisis in situ más inmediato. Durante los últimos Juegos Olímpicos, Fluidon probó su sistema cerca del puente Alejandro III y publicó los resultados casi en tiempo real en un sitio web de datos abiertos. Esta iniciativa no sólo permitió una mejor comprensión de las condiciones del agua, sino que también aseguró una respuesta más rápida a los problemas identificados.

El compromiso de las organizaciones públicas es visible. Frédéric Müller, director de la agencia del agua Agua Seine Normandy, destacó la magnitud de la inversión realizada: “No hemos invertido más de mil millones de euros sólo en agua hasta que mejoremos las condiciones del Sena en los próximos años”. no sólo para limpiar el río, sino también para mejorar el sistema público de tratamiento de agua garantizando que los edificios nuevos y existentes cumplan con los estándares pertinentes.

A pesar de los avances, Mueller admite que todavía queda mucho trabajo por hacer. La modernización de las redes hidráulicas es fundamental para evitar pensiones y edificios antiguos que dan directamente al río. “Hay muchos avances, pero queda trabajo por hacer”, afirma, reconociendo la necesidad de continuar con sus esfuerzos.

Christel Monteagudo, representante de la prefectura de Isla de Francia, también destacó la importancia de la cooperación entre los sectores público y privado. “Continuamos nuestro trabajo”, afirma, destacando que ha cofinanciado proyectos de infraestructura para mejorar la calidad del agua. Además, esperamos que la participación de la comunidad local en la protección del Senado aumente la conciencia ambiental y fomente un mayor compromiso con el ecosistema.

Los resultados son apasionantes: el Sena acoge actualmente 34 tipos de obras, frente a sólo 14 en 1990. Esta diversidad refleja un cambio positivo en la percepción de la relación entre la ciudad y el agua. “La idea de que la ciudad es una zona hermética que no tiene nada que ver con el agua está desapareciendo”, afirma Muschel, sugiriendo que la conexión entre los ciudadanos y el río es fuerte.

En los próximos años seguiremos mejorando la cobertura y el sistema de tratamiento de agua, asegurando que todos los edificios estén correctamente conectados y que la infraestructura sea suficiente para evitar la saturación. Monteagudo expresó su interés en conocer otras experiencias internacionales en restauración de ríos para inspirar futuros proyectos en el Senado.

En última instancia, concluye Mouchel, el resultado de estos esfuerzos dependerá de la colaboración continua entre los responsables de las políticas y los científicos. “Bañarse en el Sena se está convirtiendo en un objetivo más realista”, afirma, subrayando la importancia de mantener el programa de limpieza y seguimiento. A medida que aumenta el número de días que el río es apto para actividades recreativas, el futuro del Senado parece más brillante.