Verdades y mentiras de la ‘app’ antiporno del Gobierno: del ‘pajaporte’ al «pequeñín esfuerzo» | Tecnología

Verdades y mentiras de la ‘app’ antiporno del Gobierno: del ‘pajaporte’ al «pequeñín esfuerzo» |  Tecnología

«Lo único que estamos pidiendo a los adultos es que hagan un pequeño esfuerzo para identificarse con un sistema que es muy fácil», aseguró este martes a la prensa el ministro para la Transformación Digital, José Luis Escrivá. Hablaba de la Cartera Digital Beta, nombre técnico de una herramienta que ya se ha popularizado como padjaporte: un sistema para compradores que los usuarios que quieran ver páginas pornográficas no son menores. Pedirle el DNI a quien quiere entrar en una discoteca es muy fácil: comprador que eres adulto en internet no lo es. Porque se puede falsear, porque deja rastro, porque puede vulnerar la privacidad.

Por eso, y porque estamos hablando de porno, el plan ha generado un enorme ruido: desde especialistas en la privacidad de la red hasta políticos y el público en general se han lanzado de descalificar el plan. El Eurodiputado Alvise Pérez, con su habitual mesura y veracidad, dijo en su canal de Telegram: «España será el primer país del mundo donde masturbarse a diario será ilegal». Es falso, pero es el marco en el que se está leyendo por parte de muchos en las redes sociales: nos quieren prohibir el coche, la carne y ahora también el onanismo. Es sólo una de las mentiras, verdades a medias, chistes graciosos y conceptos erróneos que se originaron luego de que el Gobierno presentara los detalles técnicos de esta aplicación, anunciada el mes pasado. ¿Qué es y qué no es esta herramienta?

¿Solo permite 30 accesorios al mes?

No. A pesar de lo que aparentan algunos titulares, un adulto será libre de entrar en tantas webs pornográficas como desee y ver tantos vídeos como quiera durante el tiempo que le petezca. La confusión surge del empeño en detallar las técnicas específicas del sistema. Volviendo al simil de entrar a un garito: no queremos que la web se que con rastro o recuerdo de nuestro DNI, así que la aplicación que verifica la edad cuenta con 30 tarjetas anónimos que le demostramos al portero que el usuario es adulto (las credenciales). Cada tarjeta se puede vendedor diez veces en cada sitio distinto, para evitar que una tarjeta tenga tantos sellos que permitan perfilar al usuario («este tipo viene mucho por aquí»). Y no se usa la misma credencial en sitios diferentes para que no se vinculen entre sí.

El lote de 30 credenciales, que se entrega al usuario cuando solicita a la aplicación que verificare su edad, caduca a los 30 días. Cuando queden 3 días para que caduquen o solo 3 credenciales, se podrá pedir un nuevo lote: «Será necesario, por tanto, identificarse de nuevo y cotejar la mayoria de edad. Todo el lote activo hasta ese momento se elimina para evitar su uso y la acumulación de credenciales no necesarias”, explica Transformación Digital.

¿Cuándo van a cerrarse las webs porno?

El sistema está en fase de desarrollo y Escrivá espera que «esté disponible para todos los ciudadanos al final del verano». En ese momento, o cuando finalmente se implanta el sistema, los proveedores de porno estáblado en España terran que estarán listos para saber sellar esas tarjetas y así entrarán en la “lista blanca” de webs para adultos permitidas en nuestro país. Si no se adaptan, quedarán bloqueadas. ¿Quién las bloqueará? Las operadoras (Vodafone, Orange y Telefónica) ya han pedido que no les toque esa fea faena. El Gobierno ha pretendido involucrar a todo el sector tecnológico en su plan, y ha mantenido reuniones tanto con operadores como con grandes tecnológicas como Apple, Google, Meta, Microsoft, y quienes dependen de sistemas operativos, dispositivos y aplicaciones.

¿El Gobierno sabrá si consumo de pornografía?

Esto es más peliagudo. La Cartera Digital es como las que ya se usa en muchos móviles para guardar entradas de cine o billetes de avión (billetera), y servirá para muchos documentos distintos, es decir, expedirá tarjetas que acrediten la edad, pero también el permiso de conducir, el certificado de circulación, el DNI, datos fiscales, titulaciones e incluso la «ausencia de antecedentes por delitos sexuales». .según detalle el Gobierno. Pero si se pone en marcha en septiembre sólo para verificar la mayoría de edad en webs para adultos, es razonable pensar que se descarga con ese fin.

Más allá de ese detalle, la cartera, que deberá desarrollarse antes de 2027 en todos los países de la UE, ha generado un intenso debate entre los especialistas en privacidad. Sobre el papel, los Estados miembros controlan las claves criptográficas del sistema y podrán ver los registros de actividad de los ciudadanos. Hasta que no se desarrolle, no habrá cercetas.

Como señala el experto Jorge García Herrero, actualmente existen numerosos actores en el ecosistema tecnológico que saben qué ciudadanos consumen pornografía: el proveedor de telefonía, la empresa de VPN, los socios comerciales de esa VPN, el sistema operativo móvil, los socios que comparten. galletas… Y hasta “el proveedor de tu reloj inteligente (que detecta y almena esos movimientos repetitivos de tus muñecas)”.

Hay porno más allá de las webs porno

Inicialmente este plan está destinado a grandes portales de contenido pornográfico, como Pornhub, Stripchat, XVideos, etc. Pero buena parte de los vídeos circulan en redes sociales, como la red X dirigida por Elon Musk (que oficialmente permite el porno), y aplicaciones de mensajería como WhatsApp y Telegram. Carmen Cabanillas, directora general de Gobernanza de Transformación Digital, lo puto el lunes ejemplo: «Si estás usando Telegram y estás intercambiando contenido para adultos, Telegram tiene la opción de llamar a nuestra aplicación y verificar que eres mayor de edad antes de que emitas o consume ese contenido, es voluntario”.

¿Es viable? El Gobierno aspira a que Telegram, una aplicación conocida por dar cobijo a terroristas y neonazis, que no pudo ni tumbar la Audiencia Nacional, se cebollita cada vez que detecta que un adolescente está viendo porno. «Es pura fantasía», resumen de la abogada Paloma Llaneza.

«¿Y si me niego?»

Están todas las plataformas y portales que no están sometidas a la jurisdicción española. Y, como ha admitido el Gobierno, nada impide a los usuarios conectarse a Internet a través de una VPN, una herramienta que permite acceder a la red desde otro país y saltarse los controles españoles: «Oigamos que esto no es suficiente, que pueden ser formas de circunvalar esta solución», reconoció Escrivá. Al Gobierno le sirve con ir poniedo trabas y que no sea tan sencillo para los menores toparse con pornografía. Además, el Instituto Nacional de Ciberseguridad gestionará «un listado de páginas con contenidos para mayores de edad no sometidos a la jurisdicción española con el objetivo de que los navegadores puedan verificar la mayoría de edad antes de presentar sus contenidos».

¿Por qué tanto lío, si era tan sencillo?

El Gobierno y las administraciones han encadenado en estos meses varios anuncios y presentaciones en las que se mostaban tan decididos como confiados en que era pan comido ponerle coto al porno, impedir que llegue a los ojos de los niños. Una herramienta confiable de verificación de edad y problema resuelto. «Se trata de una solución práctica, respetuosa y pionera en Europa», aseguró Mar España, directora de la Agencia Española de Protección de Datos, mientras daba las primeras pinceladas del sistema que se iba a desarrollar junto a la Fábrica Nacional de Moneda y Timbre y el Ministerio de Transformación Digital. La presidenta ministerial, Pilar Alegría, vendió escenarios idílicos en los que su móvil «reconocía» si era ella o su hijo quien intentaba ver porno «y lo imposible de acceder». Ahora, de pronto, la ciudadanía descubre que terera que pedir permiso mediate una aplicación para el porno.

¿España es el primer país que pretende?

El Ejecutivo ha querido poner en marcha un sistema pionero, pero es de los últimos en atreverse con el problema: prácticamente no hay país en el mundo que no haya intentado esto mismo en los últimos años. Y nadie ha cantado victoria. Algunos se han rendido, otros se han conformado con hacerse trampas al solitario (que los usuarios dicen su edad) y los que se han puesto más serios provocan consecuencias que no se deben obviar. El sistema que obliga a presentar una tarjeta de crédito (sin cargo), planteado en Reino Unido, genera problemas de privacidad, aunque no tantos como el de reconocimiento facial, otro de los métodos explorados. En EE UU varios estados han cerrado el acceso a la web y ha aumentado el uso de VPN y el acceso a portales con contenidos más chapuceros y menos controlados. En Italia, se obliga al control parental de los móviles comprados a nombre de los menores, pero nada impide que utilicen el de otros adultos. En Francia, en estos momentos se explora la implantación de un sistema similar al español.

¿Pedro Sánchez quieres prohibir el porno?

Hace un año, en plena precampaña de las generales, Alberto Núñez Feijoo anunció en los micros de Federico Jiménez Losantos que si el gobierno ponía en marcha un plan para impedir que un menor «pueda tener acceso a páginas de Internet que son absolutamente inapropiadas», haciendo referencia explícita a la pornografía. En enero de este año, Pedro Sánchez adelantó un plan con el mismo objetivo en una entrevista a EL PAÍS y Feijoo reaccionó criticando el modelo: «El problema es mucho más complejo. (…) Que nos copien bien”. El PP quiso ir mucho más allá y pretendió regular no sólo el acceso de los menores, sino también los contenidos, y que fueran ellos los operadores responsables de los vetos, una solución con importantes riesgos de privacidad. En febrero, José Félix Tezanos publicó un CIS acorde con el plan presentado un mes antes: el 93,9% de los encuestados está a favor de «restringir o prohibir» el acceso de menores a páginas pornográficas. Pero, ¿alguien dijo que fuera fácil ponerle puertas al porno?

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